En los últimos meses, la Ciudad de México ha experimentado un notable incremento en la llegada de migrantes provenientes de África, quienes atraviesan un extenso y peligroso trayecto en busca de mejores oportunidades y, en muchos casos, de un destino final en los Estados Unidos. Este fenómeno migratorio, impulsado por la desesperación ante la violencia y la inestabilidad política en sus países de origen, ha comenzado a redefinir la dinámica migratoria de la región.
Un Viaje Peligroso y Extenuante
El periplo de los migrantes africanos comienza generalmente en Brasil, país al que arriban tras cruzar el Atlántico. Desde allí, inician una travesía agotadora, a pie o en transporte público, a través de varios países de América del Sur y Central. El camino hacia el norte puede prolongarse durante meses, con altos riesgos que incluyen la violencia de grupos criminales y el tráfico de personas. Estos migrantes, en su mayoría provenientes de países como Congo, Senegal y Eritrea, enfrentan peligros constantes y escasa protección durante su recorrido.
La Realidad en la Ciudad de México
Actualmente, se estima que hay alrededor de 2,000 migrantes africanos asentados en diferentes campamentos improvisados en la Ciudad de México. En medio de una situación de extrema vulnerabilidad, las autoridades locales han intentado responder a la crisis. La Secretaría de Inclusión y Bienestar Social (Sibiso) ha comenzado a desarrollar un modelo de albergue que busca proporcionar a esta población acceso a servicios básicos y apoyo humanitario. Sin embargo, la creciente presencia de migrantes ha generado tensiones con algunos residentes locales, quienes han exigido la reubicación de estos campamentos por considerarlos una carga para las comunidades.
Políticas Migratorias y Desafíos
El fenómeno de la migración africana hacia México representa un reto complejo para las autoridades mexicanas. Las políticas migratorias han mostrado dificultades para adaptarse a esta nueva realidad, y la falta de datos precisos por parte del Instituto Nacional de Migración (INM) complica la implementación de medidas efectivas. Aunque en años recientes se ha incrementado notablemente el número de migrantes africanos detenidos al intentar cruzar el país, las respuestas gubernamentales han sido limitadas y, a menudo, insuficientes para abordar la magnitud de la situación.
Este aumento de la migración africana refleja la intersección de crisis globales que involucran no solo a los países de origen, sino también a las naciones de tránsito como México. La necesidad de respuestas humanitarias efectivas, tanto a nivel local como internacional, es más urgente que nunca. En medio de esta crisis, los migrantes africanos siguen enfrentando enormes desafíos en su lucha por alcanzar una vida mejor y más segura.
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